martes, 3 de julio de 2007

Octubre ¿la ilusión o la esperanza?

Artículo publicado en Página/12, el día miércoles 04 de julio de 2007

Quienes están afligidos por el triunfo de PRO deben reconocer que quizás por una imagen irreal de Argentina y de lo que ellos son, sumado a la fuerza de sus deseos, construyeron una ilusión. En verdad, los ilusionados afligidos, son y quizás seguirán siéndolo durante mucho más tiempo de lo deseado por ellos, una minoría electoral en la capital... y también en el resto del país. Con un problema adicional, el de ser una minoría socialmente diversa y politicamente dividida.

Pero es cierto que con solo la referencia al deseo y a las imágenes de irrealidad no alcanzaríamos a comprender y explicar el origen de la ilusión y el riesgo de caer en la desilusión. Recordemos que llegar y salir de la crisis de diciembre del 2001 implicó a los argentinos devorar con rapidez y avidez gran parte del poder acumulado de las dos formaciones políticas que monopolizaron el estado del poder durante no menos de cien años. Alfonsín, Menem, De la Rua, Puerta, Rodriguez Saa, Duhalde, todos ellos, colaboraron eficientemente en enturbiar y vaciar viscosamente los contenidos y la identidad de esas dos formaciones políticas. Este proceso de caotización aún hoy sigue su marcha compartiéndolo simultáneamente con otro proceso social y político. A partir de la crisis del 2001, se desencadenó también un nuevo proceso. La tendencia creciente a la autonomización de la diversidad social y de las diferencias políticas. Creció legítimamente la expresión del malestar social. Cada quien, en su diversidad social y en la identidad de su deseo político, comenzó a avanzar con mayor grado de libertad hacia la realización de sus convicciones. El desorden que se inició –en el fin del 2001- preanunciaba en realidad el desencadenamiento de la búsqueda legítima de un nuevo ordenamiento. Y lo expresó de manera imprevista en su primer paso institucional, con una determinación electoral que otorgó finalmente el gobierno del Estado nacional a una representación política minoritaria... tal era el estado previo de caotización del que se intentaba salir. Casi todos le otorgaron, a esa minoría, la legitimidad y no solo el ejercicio de la legalidad!

El desafío había cambiado. Es que el modo que tomó el crecimiento del malestar social y el desarrollo de la crisis del 2001 asustó a muchos de los que -aún hoy- monopolizan las formas del poder legal e ilegal. Los sobrevivientes de ese monopolio y los promotores encubiertos de la crisis, comenzaron a asustarse a medida que fue creciendo la participación responsable con que el conjunto de la sociedad decidió asumirse para salir de la crisis. El germen de la dualidad posible del poder mostró su rostro virtual... la débil y frágil centralidad del poder lo permitió.

Es verdad que era irreal pensar que todos creían que "se irían todos" o que se atravesaba "una situación prerevolucionaria". Lo que sí fue cierto es que se instaló una compleja dualidad en las vecciones de las luchas políticas. La identidad social y cultural de la ciudadanía se desplazó del encierro de las historias políticas partidarias; y decidió distinguir y asumir diferenciadamente las realidades en que realizaba su lucha social y política. El malestar social se transformó en la disconformidad social activa. Larga y enormemente compleja y diferenciada sería la lista de ejemplificaciones emblemáticas de lo que actualmente sucede en todo el país como expresión de esta disconformidad en acción. En octubre se hará presente.

En estas condiciones, como resultante final, dos alternativas políticas se confrontarán en octubre. Los más simples de encasillar nominalmente, sería la oposición. Son los que hoy día están alineados con aquellos que están reducidos a su poder mafioso. Formada por todos los que buscan desesperadamente recuperar y reinstalar su gobernabilidad perdida en los diferentes órdenes jerárquicos del poder partidario y del gobierno nacional. ¡Qué duda cabe que Menem, Duhalde, Puerta, Rodriguez Saa son el peronismo real! ¡Qué duda cabe quién es Lavagna promovido por Alfonsín! ¡Qué duda cabe quién es Lopez Murphy promovido por Macri! ¡Qué duda cabe quién es la Carrió que espera que los peronistas "se maten entre todos ellos"... para llegar ella a tener alguna chance! Y podríamos seguir este espanto si continuáramos listando las alternativas de quiénes se presentan como oposición. Representan sin pudor, la mayoría de ellos, el intento de recuperar la gobernabilidad perdida a partir de la recuperación de las dos formaciones partidarias históricas que construyeron el desastre. No desean que el conocimiento de la historia los alcance.

¿A quiénes enfrentan en octubre esta oposición?

También aquí, nominalmente tenemos una palabra, a Kirchn@r.

Este es el dilema y también un interrogante abierto.

Para que se conviertan en alternativa a la oposición deben abandonar la irrealidad que conduce de la ilusión a la desilusión y, de allí, a cometer el error de cobijarse en lo que acababan de abandonar. Reconocer que quiénes luchan por humanizar su dignidad no son conspiradores sino que son indignados igual que ellos. Quizás reconocer esa realidad -que a veces les incomoda- les permita construir una esperanza para todos los que luchan por humanizar la vida de todos.

También ellos deben elegir, entre la ilusión y la esperanza.

Pero deben hacerlo mucho antes de octubre, para que la oposición tenga certeza de a quienes enfrenta y que su identidad real como oposición es aparentar y encubrirse en mayorías locales y en realidad ser una minoría nacional en búsqueda de su gobernabilidad perdida. Quizás así las aparentes minorías locales del pueblo puedan enfrentarse mostrando y ejerciendo su identidad y realizando su vocación: ser una mayoría nacional que muestra su determinación de no olvidar el pasado y no dejarlo retornar. Que son los que mayoritariamente sienten una profunda incomodidad y rechazo por la inhumanidad del orden social imperante.

Juan Carlos Marín
Junio 2007

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