sábado, 31 de marzo de 2007

Sobre la carrera de Sociología

Presentamos a continuación las intervenciones de Lucas Rubinich (director de la Carrera de Sociología, UBA) y Juan Carlos Marín durante la presentación del libro de Alberto Noé: Utopía y Desencanto. Creación e Institucionalización de la Carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires 1955-1966. La presentación se realizó en el "Centro Cultural de la Cooperación" durante el segundo semestre de 2006. En la mesa se encontraban el autor, Alejandro Blanco y Torcuato Di Tella que ya habían realizado sus intervenciones. Juan Carlos Marín cerró el evento. Copiamos a continuación la presentación y el cierre de la reunión.


Lucas Rubinich: Como ustedes saben estamos aquí para presentar el libro del profesor Alberto Noé: Utopía y Desencanto, cuyo subtítulo es: Creación e Institucionalización de la Carrera de Sociología en la Universidad de Buenos Aires, período 1955-1966.

En mi carácter de director de la Carrera de Sociología quiero decir que realmente es un verdadero gusto presentar este libro y agradecemos al Centro Cultural de la Cooperación que nos posibilita hacerlo en esta casa que siempre es una casa amiga. Quería decir algunas cosas simplemente para darle la palabra a los compañeros expositores que van a referirse al texto. Las personas que se van a referir al texto de Alberto Noé son Alejandro Blanco -no digo ni a mi izquierda ni a mi derecha, porque sino siempre hay problemas- que está en la Universidad de Quilmes; Profesor Torcuato Di Tella, Profesor Juan Carlos Marín.

Simplemente para dar lugar a las lecturas de los compañeros quiero decir que es importante en términos académicos la aparición de este texto, pero es también importante para nosotros en términos políticos y en términos culturales. Poder revisar críticamente y en algún sentido como decía recién Lito, homenajear momentos que fueron importantes en términos de apostar a cambios, es algo que resulta bien, valorables en términos políticos y culturales.

La carrera de sociología, como todos ustedes saben, ha recorrido una trayectoria compleja y accidentada pero sus mejores momentos estuvieron marcados por esa preocupación fuerte por la cosa pública, una tensión interesante siempre, con la preocupación por intervenir en los grandes debates de la propia sociedad. Idas y vueltas, tensiones, pero si uno tuviese que pensar en los momentos más destacados debería poder decir que, sin lugar a dudas, esos momentos de conflictos, esos momentos en el que la tensión entre el mundo académico y el mundo político fueron tensiones fuertes, produjeron cosas realmente bien interesantes. El próximo año se cumplen 50 años de la creación de la carrera de sociología. En 1957, como todos ustedes saben, Gino Germani fue el verdadero organizador cultural, con un conjunto de personas, algunos de los cuales uno podría decir que están acá también, tuvieron una actividad realmente modernizadora en la Universidad de Buenos Aires. La carrera de sociología tuvo una impronta realmente modernizadora y muy tempranamente intervino en esos debates que comenzaban a prefigurarse en la década del 60. Intervino de alguna u otra manera, en lo que muchas veces se llama, más o menos rápidamente, la configuración de un amplio y heterogéneo espectro político que uno a veces caracteriza como nueva izquierda.

Quiero decir entonces, que para la Carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires, es realmente un honor poder presentar este texto y queremos saludar a los compañeros que han venido acá como público y quiero saludar a los profesores que han tenido la amabilidad de estar presentes hoy acá y decir algo sobre este texto que a nosotros nos parece bien significativo.


Juan Carlos Marín: Yo voy a tratar, intentar, referirme, dentro de lo posible, al efecto y a la importancia que ello tiene, el hecho de que aparezca un libro que reinstala una temática y sobre todo que intenta hacerlo, haciendo jugar dos procesos: haciendo presente personas que actuaban sobre un proyecto que él llama la utopía y además hechos, hechos que él considera de alguna manera u otra forma que son emblemáticos para entender las etapas de ese proceso.

Yo creo que conviene aclarar inevitablemente algunos hechos, sobre todo desde la perspectiva de cómo los connoto yo para que ustedes sepan que si hay deformación es a raíz de esas connotaciones. Tiene importancia cómo se genera una determinación en la comunidad de la Universidad de construir un nuevo espacio de investigación y conocimiento. Recalco esto: de investigación y conocimiento.

Una de las razones más sustantivas por las que un grupo de personas vinculados a lo que había sido la historia y la actualidad del movimiento estudiantil vio en la persona de Germani una chance de abrir una brecha, y la vio desde la perspectiva de un grupo de personas que ya habían ensayado una primer decisión que era más sustantiva en definitiva, que este proceso de extraña cooptación, que los jóvenes en ese momento y no tan jóvenes, porque habían entrado en juego dos generaciones: la generación que habían participado en la lucha en el movimiento estudiantil cuando las universidades fueron ocupadas militarmente entre el 43 y el 45. Esa ocupación militar fue en realidad mucho más sustantiva que el proceso de descomposición intelectual que sufrieron las universidades, porque fue la estampida de lo que era blanco y lo que era negro. Se podía discrepar, pero ocupar militarmente las universidades del 43 al 45, trascendía, no la discrepancia, sino esa congénita determinación genocida, de no soportar las distancias en el plano de la acción y de la reflexión.

Era un movimiento estudiantil que cuando se produce el derrocamiento militar y político del peronismo, ha participado de miles formas en esas luchas, incluso muchos de ellos habían participado en forma armada, no sólo la crítica intelectual, la crítica tradicional y típica de lo que son las luchas estudiantiles ocupando espacios gritando libertad. Era un movimiento libertario profundamente, no por una corriente peculiar del anarquismo, libertario porque era un movimiento que permanentemente explotaba buscando oxígeno, realmente, y no lo encontraba ni en el ámbito de la universidad ni en las calles. No hay que ser tremendo, basta cualquier historiador que tome los archivos de las prisiones durante el 43 al 45 y que tome del 45 al 55 y eran miles, no cientos, miles de estudiantes detenidos y con una estrategia en donde el proceso judicial no existía, existía la arbitrariedad de estar a disposición del Poder Ejecutivo.

Esa generación, esas dos generaciones fueron las que hicieron un reclutamiento mucho más sustantivo en lo que es, digamos, los operadores centrales de la recuperación de la Universidad. Era captar a una persona como José Luis Romero. Pasar a asumir el proceso de reestructuración de la vida académica, lo cual tenía una enorme trascendencia en la vida nacional, porque instalar a Romero como rector interventor tuvo un efecto en todo el país. O sea en cada una de las sedes de las universidades estatales, pasó a ser una especie de modelo, sugerencia, alternativa de qué es lo que había que buscar. Y este no es un hecho contingente de simpatías ideológicas sino era un hecho de algo que ilustraba lo que era la raíz de ese movimiento estudiantil, era un movimiento estudiantil que respetaba el conocimiento. Si algo estaba sacralizado, en realidad, era esa articulación de que la libertad se comprende porque formaba parte del proceso constitutivo del conocimiento. Tampoco era un hecho contingente intelectual, que era brillante antes de ser rector, era investigador conocido incluso por la extrema derecha, el centro, la izquierda, o sea era un investigador antes que nada y además era un hombre de ideas socialistas y militaba con sus ideas socialistas, incluso, partidariamente. Este elemento fue central, o sea, no hubo que luchar para instalar y abrir una brecha en el campo de la ciencia para que ocupara un espacio, una orientación disciplinaria como la sociología. No hubo que luchar, al contrario, era ir armando el rompecabezas.

También fue toda una empresa compleja, destrabar en el campo de la antropología, el monopolio que tenían personas, no de orientaciones fascistas, eran fascistas, eran italianos y fascistas y operaban como fascistas, y operaban, incluso, en la continuidad de lo que había sido el proceso represivo del prefascismo en la Argentina y en Italia. Entonces, no es que se luchaba contra fantasmas. ¿Qué sí aprendimos poco a poco? Y en esto quiero hacer una salvedad, en muchas de las intervenciones aquí, no se respeta los estadios que recorren los procesos y las condiciones reales en que esos procesos tienen que recorrerse. O sea, luchar contra un autoritarismo, incluso con armas, y no sólo con ideas y confrontaciones políticas, es de una enorme complejidad. La lucha antifascista es una lucha compleja, pero es compleja al día siguiente de que el fascismo es derrotado, porque es el día en que con dolor de muchos, comprendemos que la lucha antifascista es una lucha antiautoritaria pero no necesariamente es una lucha anticapitalista. Muchos de los que lucharon contra el fascismo del movimiento estudiantil, en las tres generaciones que ocupan esos años, no es verdad que luchaban porque tenían una relación crítica con el orden social y los efectos de ese orden social. No instalaban el fascismo como una de las caras y movimientos de expansión del capitalismo; el fascismo era un accidente, era una perversión en todo caso. Traten de leer ustedes lo que es la descripción en el mundo y en el campo científico acerca de esos procesos, hay que esperar casi 40 años para que empiecen a aparecer las investigaciones de Milgram, 40 años para ver operadores psicosociales que pueden operar, 40 años hay que esperar también para ver Shoha, para ver un documental, 40 años!! Piensen ustedes en qué se instalaba el movimiento estudiantil. Se instalaba en un momento en que una guerra mundial antifascista no era en realidad una guerra anticapitalista, era en realidad una guerra entre capitalistas y era una guerra, una vez que se provoca, "justa", alguno de los dos bandos pone en dudas la vida de aquel que piense, incluso democráticamente, incluso en una democracia burguesa y mucho más aún aquel que pretendiera cambiar un orden social que tuviera un carácter capitalista.

En principio, esto es intentar localizarse en cómo se toman las decisiones, las condiciones reales en que se toman esas decisiones, o sea, la instalación en la Universidad de un rector como José Luis Romero, suponía dos exigencias: el respeto a la construcción de la investigación, no a un proceso, a una maquinaria que divulga conocimiento preestablecido, sino la convicción de que había que pasar de menos a más conocimiento, justamente, porque no sabíamos, porque lo que sabíamos era tremendamente pobre y los que decían eso, no venían de una derrota, todos veníamos de haber triunfado con las armas a un régimen militar. Pagamos históricamente el precio que supone hacer la guerra, que no es trivial y no hay ninguna renuncia a ese hecho, se volvió a repetir tantas veces como hacía falta por parte de aquellos que tienen una determinación antifascista y anticapitalista. La oportunidad lo decide a veces y no uno, sino la totalidad de las contingencias.

Lo cierto es que instalar como rector a José Luis, historiador, historiador medievalista, pero antes que nada un investigador. La mejor publicación científica, en ese período, aún en el contexto del peronismo era Imago Mundi, no era cualquier construcción especulativa, no era el discurso y el empirismo de la lógica del discurso, no, era el resultado de la investigación. Sin José Luis Romero no se entiende el modo concreto, específico en que se fue construyendo la carrera de sociología. Lo voy a decir por simpleza, el eje histórico en las conversaciones entre José Luis y Gino eran una cosa tremendamente estructurante de lo que se decidía. Hubo N reuniones entre José Luis y Gino Germani, que se llevaban, por supuesto, mal y bien, las dos cosas, o sea, se peleaban, se amigaban, etc., pero lo que no escapaba era que los dos estaban construyendo ese proceso, es más, el primer enfrentamiento importante que divide las aguas en el campo del movimiento estudiantil y en el campo de la comunidad universitaria, en el sentido amplio, es un proceso que lleva al derrocamiento de José Luis Romero. O sea, fue la implantación y la lucha por instalar la privaticidad de la enseñanza, no la enseñanza libre, sino la privaticidad creciente de la enseñanza y vemos hoy sus efectos a simple vista. Hay pocos estudios acerca de lo que produce un campo estatal de lo que produce el campo privado, fundado en la ganancia y en el mercado, y en el carácter mercantilista del proceso del conocimiento.

En ese momento, la derrota de José Luis, compartiendo el principio de descomposición de la enseñanza laica, imperceptible en ese momento. "Hay lugar para todos" falso!!, no es verdad que hay lugar para la libertad y los capitales. No hay lugar! Está el dominio y desaparece el oxígeno del otro lado. Pero volvamos ahí... la continuidad cuál fue? Inicialmente una transición esotérica con Cevallos que duró unos meses, hasta que se convoca a algo que también había sido una conquista del movimiento estudiantil: se convoca a una asamblea para instaurar un gobierno tripartito, retornar a las grandes ideas fuerzas de lo que es el compromiso en el seno de la comunidad universitaria, no es clientelismo, es intentar construir un carácter comunitario entre los que comparten la construcción de conocimiento y su difusión. No es clientelismo, y hay que repetirlo, no es por ser amigo de los estudiantes, no hay universidad sin estudiantes! Margaritas por la noticia! Y todo el esfuerzo es justamente, una máquina de triturar gente, basta ver las estadísticas de deserción. El problema es complejísimo hoy día, pero la serpiente estaba ya empezando a gestarse, sin embargo se crea la carrera de sociología y no se crea arbitrariamente, se crea simultáneamente psicología, se crea simultáneamente extensión universitaria. La extensión universitaria no nacía de un repollo, nacía también de la militancia estudiantil, fue la militancia estudiantil la que instaló la decisión de que existiera un departamento de extensión universitaria y la raíz con que contó Dilisio era una construcción el movimiento estudiantil durante 5 años en barriadas populares, pobres como una rata, descompuestas socialmente. Luchar contra un fascismo es tener la certidumbre de que en frente de uno está la totalidad de los obreros trabajadores, ja! qué chiste! ese fue durante años el dilema de la lucha libertaria. Objetivamente teníamos enfrente nuestro, en la vida cotidiana, doméstica la enorme mayoría obrera.

Germani fue cooptado por un movimiento estudiantil para instalar una determinación de la investigación científica. Es más, Germani dio sus primeras batallas contra el sistema de inteligencia del ejército siempre tratando de usar la carta de la investigación científica, mal o bien, eso es lo que intentó hacer. No se hizo mejor? y quien coño sabía hacer mejor las cosas y cuántos éramos!! Eramos muy poca gente que supiera, estrictamente hablando, investigar en las dimensiones sociales. Prácticamente, salvo el avance que había hecho Germani de investigación sobre la estructura social de Argentina, prácticamente no había mucho más en esa dirección. Pequeñas monografías, etc., se juntó un grupo de gente cuya convicción era que no sabía, esa era la convicción fundamental y querían saber. La raíz de por qué se quería saber? es porque la realidad que enfrentábamos la conocíamos poco, bastaban pocas horas después de la caída del peronismo para descubrir que había dos bandos: los que habían luchado por razones antiautoritarias, etc. y no tenían problemas con el capitalismo y los que habíamos luchado por una torta total, que también nos molestaba el capitalismo. Claro, pocos meses después, no tan lejanos, muchos de los que formaron parte de ese movimiento estudiantil, poco a poco, en la medida en que los procesos políticos sociales empezaron a profundizarse en la Argentina..., no es que reniegan de lo que piensan, sino que las condiciones sociales también cambian. A un joven entre los 18 y los 25 años, pedirle en la década del 40 al 50 esta sofisticación en la lucha libertaria, de que no es lo mismo la lucha antifascista que anticapitalista, era de una complejidad enorme. Mucho más tarde hay un análisis de la década del 40 y 50 de clases, de lo que fue la guerra mundial. Dónde está el análisis de clase? Han pasado no se cuantos años!!. O sea, hoy día, la guerra que vivimos hoy día, ¿dónde está el carácter de clase de esa guerra? O me van a vender a mi que el problema es entre uno que quiere construir un Estado y el otro que ya tiene un Estado y lo defiende! Nimiedades!! Es mucho más complejo! Hay dueños del cuerpo por los dos lados, coño! Dónde está esa imagen monolítica del Estado de Israel? Falsa!! Totalmente falsa!! Es falsa que es monolítica, es del dominio de una fracción. Esa imagen mesiánica, terrorista que quieren construir es falsa!

O sea, pero volvamos a lo que interesa, si no se analiza ese proceso desde la perspectiva de que es un grupo muy mal pertrechado, con recursos tremendamente escasos y en condiciones de una brecha aparentemente favorable, pero para dar ciertos pasos no tan favorable. Era un destacamento pobre, con una sola convicción que los articula: quieren construir un campo científico y tienen la certidumbre que para construirlo, lo importante es generar un proceso de investigación. ¿Con qué arma? Con casi ninguna, justamente, la pobreza es darse contra la pared. La Isla Maciel se vuelve un podio, se usaba fundamentalmente como una publicidad que nos permitía conseguir ingresos, porque en la práctica real Isla Maciel, era un grupo entre 15 o 10 que ayudaba a los chicos a resolver sus tareas, que ayudaba a las maestras, etc., entonces Germani que decía: hagamos ahí la investigación, podemos meter el pie y no nos echan ni nos putean por ser antiperonistas. Así de simple la realidad, o sea, todo tiene su complejidad, claro, pero la historia no se detiene a esperar que uno tenga más fuerza, sigue su desenvolvimiento.

Entonces el hecho inmediato que empieza a aproximarse poco a poco, es que se ha logrado crear las precondiciones de un ámbito a ciencias sociales, donde el elemento de centralidad no es sociología, sino el ámbito. Claro, yo tuve el accidente favorable, era el más ignorante de todos, no tenía la más remota idea, yo necesitaba saber y no tenía idea de cómo, entonces era alumno. Pasé de organizador movimientista a alumno. Entonces tuve una riqueza enorme de lo que recibí, esa suerte no la tuviste vos, por ejemplo que no fuiste alumno y yo desde ahí entiendo lo de Torcuato[1] y establezco una distancia de racionalidad. Torcuato llega en un momento en el que ha habido dos años de una complejidad y un caos total. Habían entrado en acción 10, 12 personas, medianamente formados pero eran piezas de un rompecabezas, sólo en su articulación tenían un efecto relativamente racional riguroso. Así de cierto, era el desplazamiento de Bornida de antropología, y la llegada de gente que tenía una formación más racional, más actualizada y sobre todo mucho más firme en la determinación y en la acumulación de conocimiento científicamente instalado, lo que no era poco. Estaba la gente de psicología, que eran 15! Fíjense el desastre que eso era, una carrera de sociología instalada en medio de la nada. ¿Cómo puede ser? Ahora historia está lejos, allá en la lejanía, ni siquiera llega a ser un ruido para nosotros, psicología prácticamente no existe. El nivel de estupidez que se admite acerca de la subjetividad cuando se enseñan algunos elementos de sociología, es atroz! es para asustarse directamente! En aquella época había una incursión sobre las investigaciones, no sobre la guitarra piagetiana, sobre las investigaciones de Piaget. Yo me acuerdo el primer número que sacamos de la revista de la universidad, año, escuchen bien la fecha! año 1958, comité de dirección: Rolando García, Lito Marín. Cuál fue el primer artículo en el primer número? Una investigación de Piaget en conversación con Einstein de carácter experimental, no lo que opinaban de la realidad!! una investigación fuertemente empírica, además experimental conversada con Einstein, acerca de las covarianzas, ecuaciones convarianzas. Qué había? Había un esfuerzo realmente de instalar lo que era investigación, pero lo había en todos los ámbitos de la Universidad y también había quien de eso hacía un negocio, pero no es el negocio el que caracteriza la determinación, esa determinación se hizo sustantiva por muchas razones que la gente no tiene ni idea, sufrió los efectos y muy pocos podían alcanzar a decir cuáles fueron las causalidades de esos efectos.

Hubo un intento, ese intento no tuvo un carácter ideológico, tuvo fundamentalmente un carácter de determinación: que pasar de menos a más conocimiento era un valor, y que del método y la fuerza tenía que nacer el desarrollo de la investigación científica. Lo hicimos con lo que pudimos, casi no teníamos nada, fue mucho más la instalación como valor moral que la construcciones concretas en que se realizó eso. Eso es cierto. Tenía más importancia, a veces, conocer investigaciones hechas en otros momentos y en otros lugares que sumergirnos todos en la pobreza de lo que podíamos hacer. Yo me acuerdo lo que fue el primer congreso en el centenario... parecía de provincia, éramos 30 personas y alguna decía: hay que hacer un congreso. A ese congreso vino Pablo González Casanova, a ese congreso en Buenos Aires. Eramos pobres, así de simple, pero lo que sí es cierto es que lo que poníamos en la mesa era más conocimiento del que había antes. Claro, era un soplo, de acuerdo, y el paso adelante se había dado de acuerdo a las exigencias mínimas, máximas de lo que es investigar.

Ahora que pasa, la sociedad no se detuvo, siguió su curso, su marcha. El vaivén entre dictaduras, golpes de mano, un presidente que anula las elecciones... y a eso me quiero referir. El primer cimbronazo entre nosotros tenía que ver con la historia social y política de cada uno de nosotros. ¿Cuándo fue el primer cimbronazo entre nosotros? Cuando digo “nosotros” quiero ser claro: un destacamento libertario socialista. Lo llamo libertario porque su concepción de la lucha por la libertad era bastante variada. Y los socialistas también, eran bastante variados, y entre nosotros la historia demostró que había diferencias, distancias, etc. Sin embargo había un período histórico que no nos exigía mayor claridad, o sea podíamos usar instrumentos gruesos. El primer cimbronazo sucedió alrededor del 62 a raíz de que en la política nacional, como manera de hacer realidad la lucha contra la proscripción política de un partido, o sea, yo había luchado contra el peronismo, pero no estaba de acuerdo con que se excluyera la identidad política, así de simple. No sólo no estaba de acuerdo, sino que además hice maldades infinitas para luchar, de todo tipo. Ahora, llega el 62 y habíamos logrado laboriosamente, las tres corrientes políticas: socialistas, comunistas y la fracción del peronismo hacer un frente, y ganamos, así de simple. Ganamos. El señor Frondizi a la semana, qué hizo? anuló la elección. No se dio cuenta que a la semana lo anulaban a él también, o sea, el ejército lo sacó.

Este fue el primer cimbronazo. Cuando el destacamento que objetivamente era el destacamento que tenía más importancia de lograr el apoyo político institucional de la construcción de sociología, hizo esta articulación, tanto Rolando García como Gino Germani, nos bombardeó. Eramos amigos, y él me decía: "ya llega el fascismo de turno", o sea, y Gino sufría, ojo, no era una agresión de aquel que no tiene sensibilidad, era un sufrimiento para él. Yo no quiero hablar de Germani, sólo hago referencias tangenciales, me importa más el proceso del cual él formó parte junto con otros. En ese momento, entre nosotros se produce una cosa muy tensa, con Graciarena, incluso, se produce una cosa... porque éramos gente que nos teníamos afecto, que habíamos construido cosas juntos, y la radicalidad del proceso político de las confrontaciones del país nos iban produciendo un distanciamiento. No se vale calificar el contenido de ese distanciamiento, es importante tener en cuenta que no era algo que ocurría por el estado de ánimo personal, era algo que tenía que ver con lo que ocurría en el país. Y no es un acto de violencia ni de irracionalidad haber construido ese frente político, históricamente se demostró que eso era lo que había que hacer para ahorrar muchísimas vidas en el país. Pero no es tan fácil hacerlo, el día que lo hicimos a la buena nos sacan, el día que lo intentamos a las malas también nos golpearon.

Pero volvamos allá, eso nos distanció a todos nosotros un poco. Y acá les mando un aviso a todos, el libro de Alberto hace referencia en un momento dado a un distanciamiento de quien habla con Gino, lo que no dice es cuál fue el motivo ese día, cuál fue el tema ese día, porque tiene una tremenda actualidad: ese día discutíamos con Gino y estaba la Junta de la Carrera, discutíamos si los profesores que éramos transitorios, honorarios, etc., etc., podíamos votar o no, es eso de simple. Y entonces Germani en un momento dado me dice: "Votemos", y yo le digo: "si nunca votamos, sigamos charlando." "No porque gano". Y votamos. Cuando perdimos esa votación, y esto es antes del golpe de Onganía, a partir de ese momento el grupo de profesores que estábamos involucrados, que éramos como 6 u 8, decidimos construir una alternativa institucional fuera de la facultad. Pero con la convicción de que no nos íbamos sino que íbamos a construir un espacio, desde el cual, con la ingenuidad necesaria del caso, íbamos intentar investigar desde una perspectiva, a partir de las sugerencias teóricas de Marx. Alguien puede poner en duda que Marx forma parte de la teoría social? No hablo de paradigma, porque eso es vetusto hablar así, realmente, hay que actualizarse. No, una cosa más humilde, Marx forma parte de la teoría social. Nadie dice que es LA teoría, forma parte de la teoría social. La exigencia, la referencia con Germani, de hacer presente eso, era algo adicional a lo otro, era un elemento adicional. Queremos votar. Germani lo vivió como la crisis de su autoridad, era absurdo, nunca me voy a olvidar de eso: no votemos, sigamos charlando... no porque gano y por supuesto ganaba.

A partir de ahí, desde mi perspectiva, se preanunciaba una crisis en ese primer destacamento. Pero es bueno tener conocimiento de cuál es la raíz de la crisis, no era el golpe de Estado de Onganía, no era el autoritarismo de izquierda, era que la fuerza político social moral que había construido eso divergía respecto a las condiciones inmediatas y divergía porque éramos objetivamente distintos. Una cosa que me dolió del libro de Alberto y no es por él, la culpa no es de él, digo una cosa, si había una persona que tenía origen en Marx en el campo de la reflexión y la investigación científica era José Luis Romero. Graciarena lo reconoce, es más, hace el reduccionismo de que Germani era marxista y yo creo que sí, que Germani era marxista, no era un hombre de Marx, era marxista, era de toda una corriente. José Luis no, al igual que Piaget, tiene una especie de respeto científico pleno a Marx, claro, no daba marxista, porque quien tiene respeto a un esfuerzo y un desarrollo en el campo de la actividad social, no se vuelve tonto, mesiánico, esencialista y fundamentalista, lo usa para investigar. En el caso de José Luis... el libro más importante en este país, en investigación científica, en el campo de las ciencias sociales se llama "La Revolución Burguesa en el Mundo Feudal" construido durante casi 20 años de investigación por José Luis Romero. Ese libro incidió de manera mucho más sustantiva de lo que la crónica registra. José Luis dio un curso durante 4 años, empezó desde el mundo antiguo y llegó a la actualidad. Me acuerdo haberle entregado la cantidad de libros de Lenin para ir configurando lo que había sido el principio del siglo XX, etc., del cual José Luis no tenía todo esos libros, porque esa fue una novedad a partir del 57, 58 en que empezaba a salir prácticamente casi toda la colección. No es que intentó contrabandear a Lenin, pero quien puede poner en duda que hay trabajos de investigación de Lenin que en el campo de teoría social, de las sugerencias técnico metodológicas han sido tremendamente valiosas. No se puede poner en duda, eso no es ser leninista, es usar la historia de la cultura humana. Creo que hay mucho sesgo en pensar que los otros son tontos y que las cosas se explican por la acumulación de ignorancia, no. Hubo un esfuerzo permanente por construir conocimiento y no teníamos condiciones ni sabíamos cómo, eso creo que es central. Lo que es interesante para todos es que bastó una pequeña vuelta de tuerca de intentar hacerlo para que tuviera un efecto tan sorprendente. Así de simple. Ahora, reducir ese efecto tan sorprendente a una personalidad creo que es un error. No le quita valor a esa personalidad, al contrario, cuando uno empieza a descubrir que esa personalidad formó parte de un proceso y ocupó un lugar significativo, empieza a descubrir algo: el proceso es mucho más rico de lo que uno inicialmente se imaginaba. Ahora que pasa? Se siguió radicalizando la sociedad argentina, las dictaduras cada vez empezaban a tener una vehemencia, también ellos, libertaria, exagerada. Y todo esto, evidentemente empezó a crear una complejidad mucho mayor.

Hasta acá llega la historia que yo conozco del campo de las ciencias sociales, yo prácticamente me distancié de este territorio, y no me dejo llevar por lo que dicen, me distancié prácticamente meses antes de que el dominio de la dictadura de Onganía empezara a ejercer su ejercicio. Un año más estuve. Es más, quiero aclarar, en la asamblea de profesores que se discutía qué se hacía en la Universidad ante el golpe de Onganía, hubo un pequeño destacamento de profesores que no estábamos de acuerdo con abandonar la Universidad, sino que estábamos de acuerdo con luchar, y si querían que nos sacaran de ahí. Cuando votamos, ese pequeño grupo quería y sugería quedarse y defender mesa a mesa la trinchera, espacio a espacio, y que aunque quedara la escoba, no se la teníamos que entregar y mucho menos aún abandonar a miles y miles de estudiantes, cuyo nivel de experiencia de luchar en esas condiciones era mínimo, salvo la nostalgia de los que habían sido de otras épocas, que ya no eran las mismas, esta era más dura, ya la policía brava del peronismo nada tiene que ver, cuando empieza a construirse lentamente la pasión para acumular una identidad moral que puede ejercer un genocidio. La gente de Onganía ya empezaba a ser el clima ese, con una lentitud total, por supuesto, por supuesto.

Hasta acá llegó mi amor, más allá de eso, es pura guitarra, esto tiene más que ver con lo que se conoció y vivió.
NOTAS

[1] Torcuato Di Tella fue el expositor previo y a él se refiere con lo de no haber tenido la misma suerte.

1 comentario:

Unknown dijo...
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